viernes, 3 de febrero de 2012

La noche más hermosa de Sevilla

Sale Jesús Nazareno, que se va abriendo paso entre el silencio sevillano. Y elevada en un altar de plata sin igual, camina la Concepción de María.

Gran Poder sevillano, qué tienen tus pasos, que parecieras aquel hombre al que mataron, y que año tras año vuelve a Sevilla para navegar navegando entre almas que suspiran.

Qué se te puede decir, Esperanza, que no se te haya dicho ya. ¿Que siempre serás el símbolo mariano universal en tu ciudad? ¿Que no hay otra cara más hermosa y que ninguna te la puede igualar? ¿Que tu palio es un capricho de la vida, y tus costaleros ángeles del ciel, que con arte te suelen llevar? Danos salud para poder verte un año más, que en tus manos llevas nuestra vida y en tu corazón nuestra felicidad.

El Calvario abre compás e impone el silencio. Presentación llega angustiada, herida de amor, desvanecida por tanto sufrimiento. Por ello, para suplir ese dolor, Sevilla le tejió ese palio, puro sentir del arte y el bordado de su pueblo sevillano.

Unas bambalinas de espuma de mar aparecen por la puerta, y Triana entera a Ella la mira. ¡Qué morena, Madre mía! ¡Qué arte del prioste, que a Ti te colocó esa flores! Cornetas de alegría la van acompañando por donde Ella camina... Cruza de ida el puente. Triana la llora. Sevilla le sonríe. Cruza de vuelta el puente. Sevilla le aplaude. Triana... la locura.

Moreno de la Madrugá, cómo te espera Sevilla, para verte caminar. Y Angustias Coronada, en su manto azul o grana, va desgranando su pena, mi gitana de pura raza.

Sergio Marchal.